Un vehículo eléctrico es más limpio, más ecológico y energéticamente más sostenible. No es contaminante en su funcionamiento, porque no produce emisiones CO2. Es más económico, porque consume mucho menos al ser más eficiente; se puede cargar en casa, por ejemplo, por la noche, cuando no se utiliza; es mas silencioso en su funcionamiento. Su uso permite prescindir de un combustible como el petróleo, que es limitado y que obliga a una dependencia de nuestro país del exterior.
Hoy en día el sector de la automoción tiene una clara dependencia de los combustibles fósiles, lo que origina un gran consumo de nuestros recursos energéticos, así como incrementar la contaminación ambiental y el ruido en nuestras ciudades, lo que se traducen en problemas de salud de la población que las habita y grandes inconvenientes también para la salud de nuestro planeta.
La introducción en el mercado de los vehículos eléctricos viene a paliar claramente estos efectos negativos: