viernes, 25 de julio de 2014

Powertrack empresa española.

Quienes Somos
 
Menos consumo y más eficiencia. Eso es lo que busca la empresa Powertrack con su innovador sistema CVP (Continously Variable Powertrain). Este es uno de los proyectos seleccionados en la pasada edición del Fondo de Emprendedores. Un sistema de transmisión novedoso que ha conseguido reconocimientos a nivel internacional. De hecho, CVP ha ganado el premio Cleantech Open Spain en 2011 y fue finalista Global Ideas Competition en San Francisco.
Según Pablo Velázquez, ingeniero de desarrollo de Powertrack el futuro del sistema mecánico de transmisión continua, pasa no solo por los vehículos eléctricos, industriales y ascensores, si no, sobre todo, por los aerogeneradores.

¿En qué consiste vuestra tecnología CVP?
El CVP es un sistema  de transmisión mecánico infinitamente continuo y reversible. Esto permite al dispositivo propulsor, ya sea térmico o eléctrico, girar  de manera constante pudiendo emplear motores más sencillos, además de suprimir parte de los complejos y costosos sistemas eléctricos/electrónicos, mejorando la eficiencia y reduciendo el consumo entre un 10% y un 15%.
¿De qué es capaz el sistema?
Primero, la transmision no necesita embrague, convertidor de par ni elementos de fricción. A partir de ahí, puede gestionar grandes potencias que se encuentran fuera del alcance de los sistemas actuales  porque trabaja siempre en régimen constante, permitiendo en la salida variar la velocidad y la entrega del par optimo desde parado.
¿Tenéis un prototipo a pequeña escala? ¿Vais a realizar más?
Tenemos una maqueta en el Centro de Tecnología Repsol que muestra la tecnología a pequeña escala. El objetivo de estos meses de incubación con la Fundación Repsol es el sacar al mercado un prototipo comercial, y ya estamos realizando todo el estudio de ingeniería para un autobús eléctrico.
¿Hay algún sector al que esta tecnología se adapte mejor?
Lo que será más novedoso y rompedor en la industria va a ser la aplicación de esta tecnología en aerogeneradores, ya que aportará más beneficios de los que ya hay. La inversión será en torno a un 20% menor y se eliminarán elementos importantes cuya función será ejercida por el CVP. Esto conllevará un menor mantenimiento, un mejor funcionamiento y una eficiencia superior.
 
 
 
¿Y qué aporta la tecnología a los vehículos eléctricos?
Aunque se puede utilizar en cualquier tipo de maquinaria y motor, creemos que el coche eléctrico es un candidato perfecto para esta tecnología. Hay previsiones de que el mercado crezca por el apoyo de los gobiernos, por sus escasas barreras de entrada y porque permite integrar nuevas tecnologías, además de que tiene grandes posibilidades de internacionalización. Además, sería una plataforma perfecta para saltar a camiones y vehículos industriales. En este caso, la autonomía de las baterías crecería un 20% y habría menos necesidad de ellas, con lo que el peso del vehículo se reduciría. Los motores serían más sencillos y económicos con un rendimiento mejorado.
¿Por qué puede resultar interesante para el futuro?
La ventaja del CVP es la gran versatilidad respecto a los sectores en los que se puede aplicar, y que es una tecnología totalmente nueva, no hay nada en el mercado igual.
¿Cómo ha sido vuestra experiencia hasta ahora en el Centro de Tecnología Repsol?
Es una experiencia muy positiva y satisfactoria. El ambiente de trabajo es excepcional así como las instalaciones, y los tutores se involucran mucho en el proyecto, ayudándonos en cualquier aspecto en el que necesitemos apoyo.
 
 
 
 
Fuente / Repsol y Powertrack

 

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